"¿Cómo te sentís, bien, Ricardo?"
"Y vos, Crónica, ¿de dónde salís?"
"... y vamos Schumacher ahí, para vos, querido"
¡Ahora nos divertimos con los vocativos!
Diálogo porteño
—¡Oiga… Diga!… —¿A mí me hablan?—Sí. ¿Conoce la calle Artigas, maestro?
—¿Maestro yo? ¡Si apenas terminé la primaria! Tuve que ayudar a mi papá desde chico.
—¿Qué me está diciendo, mozo?
—Eso sí que no lo hice, ¿ve? De mozo nunca trabajé.
—Estoy apurado, hermano. ¿Conoce o no conoce esa calle?
—Siempre me dijeron que era hijo único, ¿hermano de dónde?
—¿Me está tomando el pelo, compañero?
—Le aclaro: peluquero tampoco soy. En cuanto a lo de compañero… ¿De qué colegio?
—Amigo: la calle Artigas…
—Amigo puede ser mientras no me pida plata.
—¡Vamos, viejo, si lo único que le pido…
—Viejo no: me queda mucha cuerda todavía.
—¡Nene, no me haga bromas!
—Tampoco hay que exagerar; hace años que dejé el chupete.
—¡Dale, negro!
—Un poco quemadito, nada más, y por el sol.
—Qué complicado es usted, tío.
—Más tío será su abuela.
—Me está aburriendo, loco; ¿sabe o no sabe?
—Bueno… Dicen que los locos son los más sabios…
—Lo único que quiero es encontrar esa calle, joven.
—¿Usted cree? ¿Qué edad me da?
—Me ganaste, flaco; abandono.
—¿Flaco con noventa kilos?… Mire: si busca esa calle pregúntele a aquel señor.
—¿El mono que viene allá? ¡Gracias, m’hijo!… ¡Oiga!… ¡Diga!… ¡Coso!… ¡Che!… ¿Conoce la calle Artigas, maestro?
TAREA
Vuelve a leer la
canción de Juan Luis Guerra “El Niágara
en bicicleta” que estudiamos en las primeras clases.
a)
Encuentra los vocativos que
aparecen y transcríbelos.
b)
Explica cómo los reconociste.
c)
Reemplaza los vocativos por
alguna variante de uso frecuente en nuestro país.
Para saber más ...
Ver otras presentaciones de Luisa Bello